Hasta el 22 de julio, el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson ofrece una propuesta ideal para compartir en familia durante las vacaciones de invierno. Con una agenda pensada para estimular la creatividad y brindar una experiencia enriquecedora, el museo combina arte, juego y aprendizaje en cada una de sus actividades.
Los talleres lúdicos y didácticos generaron tanto interés que, a pocas horas de abrir la inscripción, los cupos ya se habían completado. Esta respuesta refleja el entusiasmo de la comunidad por propuestas culturales accesibles y de calidad.
Entre las actividades más destacadas se encuentra el taller de origami y cuentos, a cargo del elenco La Chacota. Esta actividad no solo invita a niñas y niños a plegar papel y dar forma a figuras sorprendentes, sino que también ofrece múltiples beneficios para la infancia. La práctica del origami estimula la motricidad fina, desarrolla la paciencia y la concentración, potencia la creatividad y favorece el pensamiento lógico y espacial. Además, al combinarlo con la narración de cuentos, se enriquece la imaginación y se fortalecen los vínculos afectivos, creando un espacio donde el arte y la emoción se encuentran.
Otro de los talleres más celebrados es el de títeres de papel, también coordinado por La Chacota, que permite a los participantes dar vida a sus propias creaciones, fomentando la expresión artística desde el juego.
La cocina también tiene su lugar en la propuesta invernal. Con el acompañamiento de Kuhn gourmet-panificaciones, niños y niñas aprenden técnicas de decoración como el uso de glasé real y pasta ballina, en un entorno lúdico donde la creatividad es el ingrediente principal.
Además, la experiencia sensorial se potencia con la propuesta de Yupi Juegos, que invita a sumergirse en un mundo de luces, colores y texturas mediante cajas lumínicas, materiales fluorescentes y actividades artísticas pensadas para despertar todos los sentidos.
Como complemento, el museo ofrece recorridos por las salas de exposición con visitas guiadas, permitiendo a los más chicos acercarse al arte desde una mirada activa, curiosa y participativa.
El Museo Franklin Rawson se convierte así en un espacio ideal para estas vacaciones: un lugar donde el arte, el juego y el aprendizaje se entrelazan para generar momentos inolvidables en familia.
